Fuego

Fuego. Por Tenerife, La Palma y La Gomera corre, salta, brinca y se enseñorea el fuego de los incendios forestales. Cuando escribo esto uno de los incendios tinerfeños ha entrado en el Parque Natural del Teide por el municipio de La Orotava. A los canarios la destrucción del monte por el fuego nos exaspera. No solo por lo relativamente poco que queda: es una cuestión cultural y sentimental. Al fin y al cabo hace apenas cuarenta años éramos una sociedad básicamente rural. Y hemos perdido el entramado de valores y símbolos de una sociedad rural sin habernos convertido del todo en urbanitas. Una sociedad muda, sorda, desmemoriada y temerosa de la crítica y la innovación no es una sociedad plenamente urbana y carece de casi cualquier urbanidad. Cuando se quema el monte crepitan las almas, pero las almas no se suelen caracterizar por la lucidez, como los desalmados no se suelen distinguir por su bonhomía. Y entonces comienza el aquelarre.

El incendio se transforma, invariablemente, en una enorme hoguera en la que sacrificar a los dioses y demonios de la tribu. Cuando las llamas están en el máximo esplendor de la ruina y la devastación, cuando aun se está luchando angustiosamente por domeñarlas, hay que encontrar un culpable. Pirómanos, al parecer fueron pirómanos. Miserables. Habrá que quemarlos vivos. Sí, quemarlos vivos. Pero eso es lo de menos. Lo principal es el banquete metafórico con los políticos, faltaría más. Dimisiones. ¿Cuándo se van a presentar dimisiones? ¿Por qué han tardado dos o tres horas los hidroaviones y no llegaron, por ejemplo, a los diez minutos de producirse el conato? ¿Por qué no se ataja el incendio por el “franco izquierdo”(sic)? ¿Y estos caraduras? ¿Qué hacen ofreciendo una rueda de prensa, qué hacen ahí? O la reclamación intercambiable: ¿por qué no están ahí? Y ya puestos: ¿por qué no están en dos sitios de una vez, manada de gandules, ineptos, vendepatrias, cómplices de la ruina de nuestros recursos naturales?

Hace muchos años no se producía un incendio de esta magnitud en Tenerife. Y no ha sido por casualidad, sino por la labor que desempeñan los técnicos y el personal operario del Cabildo de Tenerife, debidamente equipados, que en colaboración con los ayuntamientos han desarrollado una labor técnicamente espléndida. Durante todos estos años, en primavera y otoño, en los montes y los barrancos isleños, se han retirado toneladas de escombros, de coches y electrodomésticos abandonados, de basura, detritus y material de construcción hecho trizas. No los dejan ahí ni los políticos, ni los técnicos de protección civil, ni el sadismo de los pirómanos. Esa mierda es nuestra y solo nuestra. Pero esa no la olemos. Como suele pasar con todos los desechos propios.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

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