El secretario general del PSC-PSOE, José Miguel Pérez, nos recibe en la cápsula criogenizada en la que se encierra varias horas al día para meditar sobre los intrincados dédalos de la Historia y evitar su consunción o que el pelo se le vuelva rubio antes del próximo congreso de los socialistas canarios.
–Ya sé que se han hecho muchos chistes sobre mi pelo blanco. No crea que ignoro la sana expansión humorística del pueblo. Yo, contra lo que se pregona por ahí, no me he encastillado en el despacho. Cuatro o cinco veces al año, incluso, visito algún supermercado y una vez me tomé una cerveza en Las Canteras.
— Vaya. ¿Y se ha bañado?
— ¿Por quién me toma? No soy un despreciable populista.
— ¿Y lo del pelo…?
— Ah, sí. El pelo blanco ha sido fundamental para que los socialistas canarios estén ahora mismo en el Gobierno. Imagínese usted que fuera moreno o pelirrojo. La credibilidad de un dirigente maduro, reflexivo, conciliador, amante del consenso, socialista a fuer de liberal y liberal a fuer de socialista, hubiera sido imposible. Yo me he cuidado las canas desde los treinta años. Sabía que sin las canas no llegaría a ningún sitio.
— ¿Usted cree?
— Debería hacerme visto a los veinte años. Parecía Joe Rígoli.
— ¿Quién?
— Usted está bastante flojo en Historia Contemporánea de España.
— ¿Cuál es el programa del PSC-PSOE?
— A mí me gusta mucho Isabel, quizás por deformación profesional y en cuanto a series extranjeras, me inclino por Homeland, pero se trata de preferencias personales que jamás se me ocurriría imponer a los compañeros de la dirección y mucho menos a los militantes, que son la verdadera savia de este partido.
— Me refería a la línea programática de su partido…
–Nosotros nos presentamos a las elecciones con un programa, consulte los periódicos, uno no puede estar en todo…No sé si queda algún ejemplar del programa electoral por ahí. Consulte a Julio Cruz, que creo que tiene en su casa un pequeño museo de programas electorales.
–¿Lo ha visto?
–No, no…No tengo tiempo de ir a La Gomera…
–Ni a La Palma, ni a Fuerteventura, ni a El Hierro…
–No se trata de desinterés…Sinceramente. Es que soy tímido. Si yo voy a casa de una cuñada y me ruborizo todo. Tienen que empujarme para pasar del umbral. A veces me quedo en el umbral de la puerta toda la noche, y me tienen que traer la cena para comer ahí. Es por no molestar.
–Quizás la timidez no sea la mejor actitud para ser secretario general de un partido y vicepresidente de un gobierno…
— Quizás, pero yo lo veo como un valor. Soy tan tímido que a nadie le importa que sea vicepresidente del Gobierno, ni siquiera a mi partido. Y lo de la secretaria general, que le voy a contar… Conozco la opinión de la mayoría cuando le gané a Manolo Marcos…”Mire, vamos a votar por José Miguel, que por lo menos es tímido, y no como el palmero, que mira la Secretaría General como si fuera un marquesote”. Y así gané.
— Por los pelos.
— Sí. Eso ya se lo dije antes.
— ¿Y modesto?
— Sinceramente creo que mi modestia es ejemplar.
— Pues tiene usted al partido contento.
— Un partido no debe estar contento, debe ser eficaz.
— Pues tiene usted al partido poco eficaz…
–Estamos en el Gobierno autónomo después de veinte años…¿Qué más quieren? ¿Qué reforme el partido, que acabe con la oligarquía que lo maneja hace lustros, que modifique su estructura organizativa, que recorra las agrupaciones locales? El maximalismo siempre ha sido una mala praxis política. Haz menos con menos: eso es lo realmente difícil y apasionante.
— De eso se trata. Les ha tocado ustedes apoyar y participar en un Gobierno que encabeza su adversario electoral durante casi un cuarto de siglo.
— Estamos luchando por mantener el Estado de Bienestar.
— ¿De quién?
— De todos los canarios.
— ¿Y cómo van?
— No demasiado mal. La gente todavía no ha quemado las calles ni ha colgado de las farolas a ningún miembro del Gobierno, y creo que ese es un dato objetivamente positivo. También vamos a ofrecer 11.000 desayunos a los escolares de las islas. ¿No es impresionante? Más de 11.000 desayunos. A ver quien desayuna más por aquí. Incluyendo proteínas. ¿Y las becas? Las vamos a mantener. Otra cosa es que los estudiantes terminen cobrándolas, pero las vamos a mantener contra viento y marea.
–Los analistas políticos afirman que los socios minoritarios de una coalición de gobierno, particularmente en coyunturas críticas, son los que salen peor parados desde un punto de vista electoral.
–Trabajamos para que gane Canarias, no para ganar las elecciones. Caramba, eso no está mal. Se nota que es usted y no yo quien escribe esta entrevista. Digamos que sacamos doce diputados. Pues le toca a CC sacar veinte. No hay problema para seguir luchando por el Estado de Bienestar.
–Dígame una cosa, en confianza, ¿usted existe?
–¿Cómo que si existo? Por supuesto que existo. Toque, toque. Acarícieme las tetillas sin quiere. Tengo pruebas políticas y pruebas historiográficas que avalan mi existencia. Una vez le estreché la mano a Felipe González. Y en último extremo tengo la palabra del presidente del Gobierno, don Paulino Rivero Baute.
–¿Qué palabra?
–En momentos de desazón se lo he preguntado varias veces. “Paulino, ¿verdad que existo?”. Y siempre me ha tranquilizado: “Gracias a Dios, sí, José Miguel, gracias a Dios, sí”.