EPA

Datos para un optimismo abismal

No comprendo bien la razón que lleva a muchos periodistas isleños a afirmar que el desempleo ha bajado en Canarias en 9.300 personas. En absoluto es así. Según la EPA en el primer trimestre del año se destruyeron en esta comunidad autonómica 1.500 puestos de trabajo y solo la disminución de la población activa – es decir, de aquellos en edad de currar que han abandonado la búsqueda de empleo o han emigrado —  que se cifra en 10.400 hastiados explica el dato falsamente positivo. Que en un país desarrollado “caiga” el desempleo por un acentuada disminución de la población activa suele ser una pésima, cuando no pavorosa señal.
De modo que en España –incluida Canarias –se sigue destruyendo empleo en términos anuales: casi 80.000. Se han perdido prácticamente todos los modestísimos avances de los últimos trimestres. Son más de 3.650.000 los desempleados de larga duración, aquellos que llevan más de un año buscando trabajo y ya suman casi dos millones los hogares en los que todos sus miembros están registrados en el paro. La precarización del empleo es abrumadora – se ha roto cinco veces más contratos a tiempo completo que a tiempo parcial – y donde más puestos de trabajo se destruyen es, precisamente, en la industria y el sector servicios, donde supuestamente debería tirar más la milagrosa demanda exterior, pero las prodigiosas exportaciones del pasado año se han desinflado sin que nadie les volviera a prestar atención. Curiosa manera de liderar la bajada de desempleo en Europa, según ha repetido en las últimas semanas la ministra Fátima Báñez, que duerme una ininterrumpida siesta desde la aprobación de su mefítica e ineficaz reforma laboral. Políticas activas de empleo, cero.
Ayer le preguntaron a Mariano Rajoy en los pasillos del Congreso de los Diputados acerca de estas maravillas y respondió: “Estoy muy contento…Vamos bien…Y en el futuro iremos mejor”. Un admirable cuajo el del señor presidente si se recuerda que durante su mandato han aumentado en más de millón y medio los parados. Este pachorrudo registrador de la propiedad cree que recortando gasto donde no debe y aumentándolo donde no tiene pues se pasa el rato hasta que escampe. Por enésima vez: no va a escampar. Y lo que está en juego no es solo el pan y la dignidad de millones de personas sino la viabilidad económica de un país con una cohesión social malherida y un fragilizado sistema democrático que se acerca a una crisis de legitimación.

(El gráfico, basado en los datos de la EPE, es obra de Jorge Galindo, de politikon.es)

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

A punto

Primero, toda la infecta trompetería propagandísticca alrededor de las cifras de la Encuesta de Población Activa: esos 72.000 puestos de trabajo creados en el anterior trimestre del año en curso. Pues bien, si se desestacionalizan los datos, el paro no baja, sino que se incrementa, muy moderadamente, pero se incrementa todavía en un par de décimas porcentuales.  La caída de la población activa no se interrumpe y baja un 1,6% respecto al mismo trimestre del año anterior: gente que ya no busca empleo porque se las arregla con las chapuzas, vive gracias a la pensión de los padres o abuelos o ha emigrado echando leches. La inmensa mayoría de los empleos creados en julio, agosto y septiembre son temporales y su duración media es de apenas dos meses. Basurientos y fugaces empleos, como demostrará la EPA a principios del próximo año. ¿Se ha superado la recesión? Desde un punto de vista técnico, puede que sí. Pero el crecimiento del PIB será a corto y medio plazo apenas un eructo, el empleo que se generará será corto, de pésima calidad y ligado a factores estacionales y al rumbo de las exportaciones, y así no hay manera de garantizar el pago puntual de la deuda pública ni es viable el casi desarbolado Estado de Bienestar que todavía resiste en este país. La crisis ya no es una coyuntura económica, sino un estilo de gobierno, un programa político dirigido a transformar un modelo social, una catástrofe institucionalizada.
Canarias ha sumado 22.000 desempleados más y ya ha superado el 35% de la población activa en paro. Que ocurra durante los meses de verano –cuando las contrataciones aumentan empujadas por el turismo, que ha presentado buenas cifras de ocupación –exige un diagnóstico inmediato, descarnado, brutal incluso, y no una carta al Rey más mago. Porque esto está a punto de estallar. Ni la economía sumergida, ni la solidaridad familiar, ni los paliativos de unos servicios sociales escuchimizados pueden desactivar una bomba de relojería cada día más cebada por la miseria, el miedo, la humillación. Están absolutamente equivocados los que creen lo contrario. Están absolutamente errados los que suponen que la somnolienta (y suicida) paz social  se mantendrá se haga lo que se haga a los ciudadanos, a los que se está tratando como basura biodegradable. En el Archipiélago la combinación entre la medicina diabólica de los recortes públicos y el aumento de la fiscalidad y la supresión de programas y ayudas que compensaban la insularidad y la lejanía está destruyendo cualquier futuro democrática y socialmente tolerable para los canarios. Está a punto de ocurrir algo. Por una vez quisiera equivocarme, pero no creo que sea nada bueno.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?

El precariado

Al que suscribe no le importa correr el riesgo de ser tachado de cenizo, disconforme o incrédulo, pero me las traen al pairo las cifras victoriosas de reducción del desempleo de la Encuesta de Población Activa. Ciertamente, incluso si las relativizamos aplicando el abandono de miles de ciudadanos de la búsqueda de empleo y los factores estacionales, se ha creado empleo en España. Pero se ha creado, obviamente, el único empleo que puede generarse con una economía plana que sigue arrojando descensos en su PIB: trabajo sumamente precario, con salarios de supervivencia y concentrados en muy pocas actividades económicas, porque lo cierto es que se sigue destruyendo tejido empresarial y comercial en este país. “La flor de invernadero” de la que habla con metafórico y cursi cinismo el ministro Luis de Guindos no es una flor, sino un diminuto cardo borriquero. Anuncia la rápida configuración de una nueva clase social, a la que un sociólogo británico, Guy Standing, ha llamado el precariado, un término cada vez más ampliamente utilizado en la bibliografía académica desde finales de los noventa. La inmensa mayoría de los que han conseguido un contrato basura en los últimos meses no se integrarán de manera estable en el mercado de trabajo ni podrán construir, sobre unas mínimas garantías profesionales y salariales, un proyecto vital autónomo y responsable.
“Contrariamente al proletariado, la clase industrial trabajadora sobre la que se construyó, política y electoralmente, la socialdemocracia tradicional del siglo XX, las relaciones de producción del precariado se definen por una implicación parcial en el sistema laboral combinado con un trabajo por obra o servicio extensivo a un abanico creciente de actividades”. Como explica Standing, el precariado no presenta ninguna unidad interna y sus miembros no comparten identidad ideológica, referencias simbólicas ni memoria profesional. La propia naturaleza de su estilo de supervivencia – contrato por horas durante tres meses, agónicas chapuzas varias, subsidio de desempleo, otro curro efímero y vuelta a empezar – explica su fragmentación, su ausencia de lazos de solidaridad o compromiso,  su desprecio o hartazgo ante la afiliación política o sindical, su profundo escepticismo sobre cualquier cambio: el mismo exhausto escepticismo que compartiría un ratón corriendo sobre un barrilete dentro de una jaula metálica. La crisis financiera y económica ofrece así una oportunidad magnífica para establecer condiciones laborales que devienen un óptimo soporte político para la reproducción de un capitalismo oligárquico de amiguetes y mamones tutelado por el Estado con un carnet del PP en la boca.

Publicado el por Alfonso González Jerez en Retiro lo escrito ¿Qué opinas?