Puede usted leer por ahí que Gesplan –empresa pública del Gobierno autónomo dedicada a la gestión y promoción urbanística – tiene un plan. El plan consiste, nada menos, en contratar para el próximo año – les apuesto que lo harán en el primer cuatrimestre – a unas 600 personas. ¿Y para qué se contratará a 600 personas? Pues dicen que para agilizar administrativamente los proyectos de inversión empresarial dependientes de los fondos New Generation. Todo es muy sorprendente y sobre todo confuso. La partida presupuestaria de los fondos se canaliza a través del Programa Operativo Plurirregional de España y será gestionada por el Estado en un 20% mientras que el 80% restante lo administrarán las comunidades autónomas y entidades locales. Pero la decisión estratégica y el calendario de ayudas y subvenciones a aplicar a los proyectos presentados está en manos, obviamente, del Ministerio de Hacienda. Esto es perfectamente sabido por el Ejecutivo canario pero, al parecer, aún no está preparado, aunque está previsto que las primeras subvenciones – con un retraso muy notable – se concedan en las próximas semanas.
Nos referimos a uno de los reinos – no sé si Mordor o Wakanda – bajo el principado de Casimiro Curbelo, porque el Gran Papi no controla única ni principalmente la Consejería de Turismo –de hecho tuvo que poner de viceconsejera a una espía rubia, como un Hitchcock cualquiera, para vigilar a Yaiza Castilla – sino un pequeño archipiélago de empresas públicas en las que ejerce sin intromisiones su mero y mixto imperio desde el verano de 2019. En las islas casimíridas no se mueve un papel ni retuerce un lagarto ni se contrata absolutamente nada sin que lo sepa Curbelo, que negoció espléndidamente su apoyo al Gobierno presidido por Ángel Víctor Torres. Se me antoja sumamente improbable que el faro y guía de la Agrupación Socialista Gomera no tenga nada que decir del ingreso en Gestur de unas 600 personas. Tal vez admita una cuota de un 15% de ciudadanos que no provengan de la isla colombina. Algunos herreños. Algún vecino que otro de Arona. Es maravilloso comprobar la exitosa inteligencia del curbelismo. Mientras extiende su franquicia en El Hierro o monta con un grupo de concejales socialistas una plataforma que le profesará un respeto filial — con consecuencias directas en el voto al Parlamento de Canarias o al ayuntamiento de Arona – sigue tan ricamente – nunca mejor dicho –repartiendo piropos, reconvenciones y elogios desde su escaño al presidente Torres y su equipo.
No conozco ni a un empresario que esté mínimamente satisfecho con la estrategia administrativa para la tramitación de los fondos europeos extraordinarios en Canarias. No se ha procedido a ninguna adaptación organizativa ni a una metodología normativa para garantizar no solo rapidez, sino un nivel civilizado de eficacia y eficiencia. No es una excepción canaria, pero no resulta un consuelo. Andalucía recibirá – es una cantidad global que se abonará secuencialmente hasta 2027 – alrededor de 17.000 millones de euros, pero la Junta solo dispone de unos 200 funcionarios. Y, sin embargo, la comparación es odiosa. Andalucía dispone desde hace más de dos años de una Dirección General de Fondos Europeos diseñada precisamente para este objetivo estratégico. Ahí trabajan esos 200 funcionarios técnicos, a los que se suman dos interventores especializados – con experiencia en Bruselas – y una red de 21 coordinadores repartidos por las consejerías que hacen de enlace. Esta estructura, que se había puesto en funcionamiento inicial con Susana Díaz y ahora ha completado Juanma Moreno, tiene limitaciones e insuficiencias, sin duda, pero es que aquí se nos anuncia ahora, a finales de 2022, la contratación de 600 alegres colombinos. Yo quiero escucharles cantar Con puro amor no se come. Un temazo.