“De todas las historia de la Historia/la más triste es la de España/porque termina mal”. Recordé hoy los versos de Jaime Gil de Biedma ante la moción de censura más estúpida, redundante, inútil y venenosa que recuerdo que se haya presentado en una tierra estercolada por innumerables mociones de censura, la que ayer arrebató al PSC-PSOE la Alcaldía de Granadilla de Abona y convirtió a un señor llamado Regalado en su sucesor, sin que Coalición Canaria finalmente expulsara a sus concejales, porque ya se sabe que a caballo Regalado no hay que mirarle los dientes. Entre las reacciones apasionadas – aunque poco apasionantes – que registra esta cruel y terrible historia está la de Juan Fernando López Aguilar, que exige que los socialistas rompan el pacto que sostiene al Gobierno autonómico “por las continuas humillaciones” de los coalicioneros. Al parecer para los granadilleros no fue ni puede ser una humillación que el PSOE presentara a un imputado por delitos graves a la Alcaldía en las elecciones locales del pasado año ni que González Cejas se niegue en redondo a dimitir hasta que el juez fije la apertura de juicio oral, y no exige que el magistrado cante antes el Azarejé al revés porque don Jaime es un demócrata. Que el mismo González Cejas lleve incumpliendo el pacto desde el principio del actual mandato – CC no ha entrado en el gobierno municipal y el socialista se las arregló para continuar en el machito con los votos de un concejal de IU y otro de Ciudadanos – es, al parecer, irrelevante, al menos, visto desde Bruselas.
¿Por qué el PSC-PSOE decidió ausentarse de la reunión del fin de semana con chuscos pretextos sobre los compromisos playeros de Julio Cruz? ¿No puede Julio Cruz irse a la playa otro día en que no esté en juego, según decía él mismo, el Gobierno de Canarias? ¿Por qué Coalición no mantiene la expulsión fulminante de los concejales propuesta por José Miguel Barragán – la única manera de impedir materialmente la moción de censura – y modifica su decisión? ¿Porque ya había pactado con el PSOE un documento según en cual dimitía un concejal socialista – Nicolás Jorge – y uno coalicionero simultáneamente? Pues sí, el documento existe, de hecho, existe, como borrador, desde el pasado viernes, pero no había sido aun firmado por nadie. Es la crisis municipal peor negociada que recuerde servidor, y sus resultados, para ambas partes, serán francamente caros. Si, como dicen los peor pensados, esto es una ruptura propiciada y mimada por el clavijismo para desplazar al PSOE y lanzarse en los brazos del PP no les arriendo las ganancias secuestrados por Asier Antona y teniendo que pagarle hasta el tabaco a Casimiro Curbelo durante los próximos tres años, con el precio añadido de perder La Laguna para la próxima década. Si, como afirman los más chalados, el PSOE debe marcharse a toda hostia consagrada, brindando una hueca lección del calderonismo político, ignoran que el partido está desarbolado, desactivado y descangayado, y reconstruirlo desde la oposición sería cuadrar un círculo de miserias, cansancios y fulanismos. Qué mañana tan hermosa la que amaneció este martes en el sur de Tenerife iluminando las esperanzas de un futuro espléndido para el PP y para Podemos.