En un poema titulado Durante la invasión — tal vez el poema más explícitamente político de toda su obra – Jaime Gil de Biedma pide un poco de esperanza “que no venga de Miami”. Era abril de 1961,cuando algunos cubanos, con apoyo militar y logístico de Estados Unidos, o quizás fuera al revés, intentaron comenzar una invasión de Cuba por Bahía Cochinos y fracasaron miserablemente. Por entonces Gil de Biedma –como todo el mundo – era de izquierdas y defendía la revolución cubana. ¿Quién quería entonces no defenderla?
En estos extraños días de un otoño asfixiante y repleto de acechanzas se celebra en Miami la II Semana de la Cultura Canaria o algo así, supuestamente organizada, financiada o eructada por la Viceconsejería de Relaciones Institucionales del Gobierno autonómico. El rótulo de la tan lejana y tan próxima guatatiboa implica que anteriormente ya se había celebrado una semana cultural canaria en la auténtica capital de Florida, y en efecto, así ocurrió el año pasado. En Miami la repercusión de este gorgorito es mínima; en Canarias, la inmensa mayoría de los ciudadanos, incluidos los que se dedican a la expresión artística o literaria, ignoran hasta su fugaz existencia.
¿De dónde sale esta ocurrencia de celebrar una semana cultural (sic) en una ciudad cuya historia, al contrario que otras muchas en América, apenas registra una huella canaria? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Qué criterios se eligen para definir su programación y la lista de artistas invitados y, sobre todo, quién es el responsable de valorar su interés y decidir sobre su continuidad? Vaya usted a saber, o lo que es lo mismo en lenguaje administrativo isleño, vaya usted al carajo. No se enterará jamás de esos pormenores. Miami es una de esas zonas de sombra de la administración autonómica en la que ni los más bregados o experimentados pueden dar respuesta. ¿Existe en esa ciudad una oficina del Gobierno regional? ¿Es una dependencia de Proexca? ¿Tiene personal propio y, por mera curiosidad, cómo estos esforzados servidores públicos se abanican el ombligo por allá? ¿Guarda alguna relación con la II Semana Cultural Canaria o solo con la I Semana Cultural Canaria? ¿A cuanto asciende esta puñetera broma? ¿No sienten ustedes un poco de vergüenza sonrojante cuanto se lee que los conferenciantes en esta magna convocatoria son Pedro Rodríguez Zaragoza, viceconsejero de Acción Exterior y expresidente de la Autoridad Portuaria, y Aurelio González, ese perejil político en tantas salsas y nóminas culturetas, ahora viceconsejero de Cultura, que al parecer disculpó su asistencia en el penúltimo momento? Ya puestos a organizar el sarao identitario, ¿a qué vendría invitar a profesores, a críticos o a escritores teniendo tan a mano a los titulares de ambas viceconsejerías para pronunciar sendas conferencias y proyectar una imagen original y vibrante de la creación canaria contemporánea?
Gil de Biedma insiste en su poema “busco en las noticias un poco de esperanza/que no venga de Miami”. Las noticias, sin embargo, no dejan demasiado sitio para el optimismo después de tantos años de estupidez, de improvisación, de ocurrencias, de mangoneos, de clientelismos, de cutrerío, de gasto manirroto y de miseria presupuestaria, de servilismo fantasmal y de pacata indiferencia, de dirigismo oligofrénico y de improvisaciones genialoides. Vengan de Miami o de cualquier otro sitio.